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¿Cómo almacenar los materiales auxiliares para el recubrimiento en polvo para evitar la degradación? Consejos sobre la vida útil

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¿Cuáles son los factores ambientales clave que causan la degradación de los materiales auxiliares de recubrimiento en polvo?

Recubrimiento en polvo materiales auxiliares (como desengrasantes, convertidores de óxido, imprimadores en polvo y agentes de curado) son sensibles a condiciones ambientales específicas e ignorarlas puede provocar descomposición química, reducción de la eficacia o incluso riesgos para la seguridad. Los cuatro factores más críticos son:

  1. Humedad: Muchos materiales auxiliares (por ejemplo, desengrasantes a base de agua, inhibidores de óxido en polvo) absorben la humedad del aire, provocando aglomeraciones, dilución o reacciones químicas. Por ejemplo, el fosfato de zinc en polvo (un auxiliar de pretratamiento común) absorbe la humedad y forma grumos duros que no se pueden disolver, lo que lo vuelve inútil. La humedad también hace que los auxiliares que contienen metal (por ejemplo, pigmentos metálicos para recubrimientos en polvo) se oxiden, contaminando el material.
  1. Fluctuaciones de temperatura: el calor o el frío extremos alteran la estabilidad química de los auxiliares. Las altas temperaturas (por encima de 30°C/86°F) pueden hacer que los desengrasantes a base de solventes se evaporen, espesando el material y reduciendo su poder de limpieza. Las temperaturas bajo cero (por debajo de 0 °C/32 °F) pueden dividir los auxiliares a base de agua en capas (aceite y agua), lo que hace imposible su rehomogeneización. Incluso los cambios moderados de temperatura (por ejemplo, el área de almacenamiento de un garaje que se calienta durante el día y se enfría durante la noche) pueden acelerar la oxidación de los agentes de curado, acortando su vida útil en un 50%.
  1. Exposición a la luz: La luz ultravioleta (UV) de la luz solar o de las bombillas fluorescentes rompe los enlaces químicos de algunos auxiliares. Por ejemplo, la luz ultravioleta degrada los aditivos de recubrimiento en polvo curables por luz ultravioleta, lo que reduce su capacidad para endurecer el recubrimiento. También desvanece los auxiliares a base de pigmentos (por ejemplo, agentes colorantes), lo que genera resultados de color inconsistentes cuando se mezcla con polvo.
  1. Exposición al aire y al oxígeno: El oxígeno en el aire provoca la oxidación de muchos auxiliares, especialmente agentes de curado y desengrasantes reactivos. Los agentes de curado oxidados no se reticulan adecuadamente con los recubrimientos en polvo, lo que da como resultado acabados suaves y que se desprenden fácilmente. Los desengrasantes reactivos (por ejemplo, soluciones ácidas de pretratamiento) reaccionan con el oxígeno para formar subproductos que corroen las superficies metálicas en lugar de limpiarlas.

Comprender estos factores es el primer paso para prevenir la degradación: las soluciones de almacenamiento deben centrarse en los cuatro para mantener los auxiliares en buenas condiciones.

¿Qué reglas generales de almacenamiento se aplican a todos los tipos de materiales auxiliares de recubrimiento en polvo?

Si bien los auxiliares específicos tienen necesidades únicas, seguir estas reglas de almacenamiento universales evitará la mayoría de los problemas de degradación y extenderá la vida útil:

1. Selle bien los recipientes después de cada uso.

La mayoría de los materiales auxiliares vienen en recipientes herméticos (jarras de plástico, latas de metal o bolsas selladas); ciérrelos siempre inmediatamente después de verter o sacar lo que necesita. Para auxiliares en polvo (por ejemplo, inhibidores de óxido), use recipientes con tapas de rosca y una junta de goma para bloquear la humedad y el aire. Para auxiliares líquidos (por ejemplo, desengrasantes), reemplace la tapa original y asegúrese de que el sello no esté agrietado; Si se pierde la tapa, use una tapa hermética nueva (no una envoltura de plástico suelta, que deja entrar la humedad). Incluso un pequeño espacio en el contenedor puede dejar entrar suficiente aire o humedad para degradar el material en cuestión de semanas.

2. Etiquete claramente con las fechas de compra y vencimiento

Los auxiliares no siempre muestran signos obvios de degradación (por ejemplo, un agente de curado degradado aún puede verse claro), por lo que el etiquetado es fundamental. Escriba la fecha de compra y la fecha de vencimiento del fabricante (que se encuentra en la etiqueta del producto) en cada contenedor con un marcador permanente. Para materiales a granel (por ejemplo, un balde de desengrasante de 5 galones), agregue la fecha en que lo abrió por primera vez; muchos auxiliares líquidos tienen una regla de “vida útil de 3 meses después de abrir”, incluso si falta un año para la fecha de vencimiento. Esto evita el uso de materiales vencidos que tendrán un rendimiento inferior (por ejemplo, es posible que un desengrasante abierto hace 6 meses no corte el aceite de manera efectiva).

3. Almacenar en un área exclusiva con clima controlado

Elija un espacio de almacenamiento que permanezca seco (humedad relativa inferior al 60%), fresco (15–25 °C/59–77 °F) y oscuro. Lo mejor es un armario cerrado en un taller con temperatura estable (no en un garaje ni en un cobertizo exterior). Evite almacenar auxiliares cerca de fuentes de calor (p. ej., radiadores, hornos de recubrimiento en polvo) o fuentes de humedad (p. ej., fregaderos, limpiadores a vapor). Si su taller es húmedo, use un pequeño deshumidificador en el área de almacenamiento; esto puede reducir la degradación relacionada con la humedad en un 70 %. Para los materiales sensibles a la luz, guárdelos en recipientes opacos (incluso si el recipiente original es transparente) o en un gabinete con una puerta sólida (no una puerta de vidrio que deje pasar la luz).

4. Mantener alejado de sustancias incompatibles

Nunca almacene materiales auxiliares cerca de productos químicos que puedan reaccionar con ellos. Por ejemplo:

  • Mantenga los auxiliares ácidos (p. ej., convertidores de óxido, pretratamientos con ácido fosfórico) alejados de materiales alcalinos (p. ej., desengrasantes a base de amoníaco); mezclarlos puede producir vapores tóxicos.
  • Guarde los auxiliares en polvo (por ejemplo, imprimadores en polvo) lejos de solventes líquidos; los vapores de los solventes pueden hacer que el polvo se aglomere.
  • Mantenga los agentes de curado alejados de llamas abiertas o chispas; algunos agentes de curado son inflamables cuando se exponen al calor.

Utilice estantes o gabinetes separados para diferentes tipos de auxiliares y agregue etiquetas a los estantes (por ejemplo, “Pretratamientos ácidos” “Desengrasantes a base de solventes”) para evitar el almacenamiento cruzado.

¿Cómo almacenar tipos específicos de materiales auxiliares de recubrimiento en polvo (desengrasantes, convertidores de óxido, etc.)?

Los diferentes materiales auxiliares tienen propiedades químicas únicas, por lo que requieren métodos de almacenamiento personalizados para evitar la degradación. A continuación se explica cómo manejar los tipos más comunes:

1. Desengrasantes (a base de solvente versus a base de agua)

  • Desengrasantes a base de solventes: son volátiles (se evaporan fácilmente) e inflamables, así que guárdelos en sus latas metálicas selladas originales (el plástico puede filtrar químicos al solvente) en un área fresca y bien ventilada (pero no cerca de corrientes de aire que aceleran la evaporación). Manténgalos alejados de fuentes de ignición (por ejemplo, herramientas eléctricas, calentadores) y a temperaturas inferiores a 25 °C/77 °F; las altas temperaturas aumentan la evaporación y aumentan el riesgo de incendio. Los desengrasantes a base de solventes sin abrir tienen una vida útil de 1 a 2 años; los abiertos duran entre 3 y 6 meses (la evaporación reduce la eficacia).
  • Desengrasantes a base de agua: son propensos al crecimiento bacteriano y a la congelación. Guárdelos en jarras de plástico selladas (el metal puede oxidarse y contaminar el desengrasante) en un área libre de heladas (por encima de 5°C/41°F). Si el desengrasante desarrolla una apariencia turbia o mal olor, está contaminado con bacterias y debe desecharse. Los desengrasantes a base de agua sin abrir duran entre 18 y 24 meses; los abiertos duran entre 6 y 9 meses (las bacterias crecen más rápido una vez expuestas al aire).

2. Convertidores de óxido y soluciones de pretratamiento

La mayoría de los convertidores de óxido son ácidos (por ejemplo, a base de ácido fosfórico) o contienen químicos reactivos (por ejemplo, ácido tánico) que se descomponen cuando se exponen al aire o la humedad. Guárdelos en recipientes de plástico opacos y resistentes a productos químicos (el ácido puede atravesar el metal fino) con tapas herméticas. Manténgalos a una temperatura de 18 a 22 °C/64 a 72 °F; las temperaturas extremas aceleran las reacciones químicas que reducen su poder de conversión de óxido. Nunca diluya los convertidores de óxido hasta que estén listos para usar; las soluciones diluidas se degradan en 24 horas. Los convertidores de óxido sin abrir duran entre 12 y 18 meses; los abiertos duran de 3 a 4 meses (los componentes ácidos reaccionan con el aire con el tiempo).

3. Imprimadores y aditivos para recubrimientos en polvo (p. ej., agentes de flujo, pigmentos)

Los auxiliares en polvo son muy sensibles a la humedad, lo que provoca aglomeraciones. Guárdelos en recipientes herméticos y a prueba de humedad (por ejemplo, bolsas selladas al vacío dentro de baldes de plástico con juntas de goma) con un paquete desecante (gel de sílice) agregado para absorber la humedad residual. Para cantidades pequeñas, utilice bolsas de plástico con cierre hermético exprimiendo todo el aire antes de sellarlas. Manténgalos en un área oscura y fresca (menos de 25 °C/77 °F): la luz desvanece los pigmentos y el calor hace que el polvo se “apelmace” (se pegue). Las imprimaciones en polvo sin abrir duran entre 12 y 24 meses; los abiertos duran entre 6 y 8 meses (incluso con desecantes, la humedad se filtra con el tiempo).

4. Agentes de curado (para recubrimientos en polvo termoestables)

Los agentes de curado son reactivos y se degradan rápidamente cuando se exponen al aire o al calor. Guárdelos en sus recipientes originales sellados (generalmente pequeñas latas de metal) en el refrigerador, si es posible (para agentes de curado a base de agua) o en un gabinete oscuro y fresco (para los que contienen solventes). Los agentes de curado a base de agua refrigerados duran hasta 6 meses sin abrir; los de base solvente duran 12 meses sin abrir. Una vez abiertos, los agentes de curado deben usarse dentro de 1 a 2 meses; incluso si están bien sellados, la exposición al aire hace que se oxiden. Nunca devuelva el agente de curado no utilizado al recipiente original (puede contaminar el material restante).

¿Cómo extender la vida útil de los materiales auxiliares de recubrimiento en polvo más allá de la fecha del fabricante?

Si bien siempre debes priorizar el uso de auxiliares antes de la fecha de vencimiento del fabricante, estos consejos pueden extender su usabilidad entre algunas semanas y meses (sin sacrificar el rendimiento):

1. Utilice desecantes para materiales sensibles a la humedad

Agregue paquetes de desecantes de grado industrial (más grandes que los pequeños que vienen en las cajas de zapatos) a los contenedores de auxiliares en polvo, desengrasantes a base de agua o convertidores de óxido. Los desecantes absorben la humedad del aire dentro del recipiente, evitando la formación de grumos o el crecimiento bacteriano. Reemplace los paquetes desecantes cada 2 a 3 meses (se saturan con el tiempo). Para materiales a granel (por ejemplo, baldes de 5 galones), coloque una bolsa desecante encima del material antes de sellar la tapa; esto mantiene seco el aire sobre el material.

2. Auxiliares líquidos o en polvo abiertos con sellado al vacío

Para auxiliares en polvo (por ejemplo, pigmentos), use un sellador al vacío para eliminar todo el aire del recipiente antes de sellar; esto elimina el oxígeno que causa la oxidación y la humedad que causa la formación de grumos. Para auxiliares líquidos (por ejemplo, botellas pequeñas de agente de curado), use una bomba de vacío para eliminar el aire de la botella antes de taparla; esto ralentiza la evaporación y la oxidación. Los auxiliares en polvo sellados al vacío pueden durar entre 2 y 3 meses más que los almacenados en recipientes sellados normales.

3. Filtrar auxiliares líquidos contaminados

Si un auxiliar líquido (p. ej., desengrasante) se vuelve ligeramente turbio o tiene partículas pequeñas (de polvo o contaminación), fíltrelo a través de un filtro de malla fina (p. ej., un filtro de café o papel de filtro industrial) en un recipiente nuevo y limpio. Esto elimina los contaminantes que aceleran la degradación. Por ejemplo, filtrar un desengrasante a base de agua turbio puede prolongar su vida útil entre 1 y 2 meses; solo asegúrese de que el nuevo recipiente esté limpio y seco antes de verterlo.

4. Pruebe el rendimiento antes de su uso (incluso si ha caducado)

Antes de utilizar un auxiliar que haya caducado, pruébelo en una superficie pequeña y no crítica. Por ejemplo:

  • Pruebe un desengrasante en una pequeña pieza de acero aceitoso; si aún elimina el aceite de manera efectiva, es seguro usarlo.
  • Pruebe un convertidor de óxido en una pequeña mancha de óxido; si el óxido se vuelve negro (una señal de que está funcionando) dentro de las 24 horas, todavía está en buen estado.
  • Pruebe un agente de curado mezclando una pequeña cantidad con recubrimiento en polvo y curándolo; si el acabado es duro y resistente a los rayones, el agente de curado se puede utilizar.

Nunca utilice un auxiliar que no pase la prueba de rendimiento; los resultados deficientes (p. ej., un recubrimiento blando de un agente de curado degradado) requerirán retrabajo, lo que costará tiempo y dinero.

¿Qué señales indican que los materiales auxiliares del recubrimiento en polvo se han degradado y deben desecharse?

Incluso con un almacenamiento adecuado, los auxiliares eventualmente se degradarán; conocer las señales de advertencia le impide utilizar materiales ineficaces o peligrosos. Estas son las principales señales de alerta:

1. Cambios físicos (color, textura, consistencia)

  • Auxiliares en polvo: la formación de grumos (no se puede romper con una cuchara), la decoloración (por ejemplo, el pigmento blanco se vuelve amarillo) o una sensación de “húmeda” (incluso cuando se almacena con desecantes) indican daño por humedad.
  • Auxiliares líquidos: turbidez (no solo temporal por el frío), separación en capas (aceite y agua que no se mezclan cuando se agita), espesamiento (por ejemplo, el desengrasante se vuelve almibarado) o la formación de sedimentos (pequeñas partículas en el fondo) significan que el material se ha degradado.
  • Agentes de curado: la decoloración (p. ej., el agente de curado transparente se vuelve amarillo o marrón), una textura pegajosa (en lugar de suave) o un fuerte olor químico (más fuerte que cuando era nuevo) indican oxidación.

2. Rendimiento reducido durante el uso

  • Desengrasantes: si un desengrasante tarda el doble en eliminar el aceite o deja un residuo en la superficie del acero, se degrada.
  • Convertidores de óxido: si un convertidor de óxido no cambia el color del óxido en 24 a 48 horas o deja la superficie pegajosa, ya no es efectivo.
  • Imprimaciones en polvo: si una superficie imprimada se astilla fácilmente o no se adhiere al acero, la imprimación se ha degradado (la humedad provoca una mala adherencia).
  • Agentes de curado: si un recubrimiento en polvo no se endurece después del curado (es suave al tacto) o se desprende fácilmente, el agente de curado se oxida y es inútil.

3. Peligros para la seguridad (olores, humos o reacciones)

  • Un olor fuerte y acre de un desengrasante a base de solvente significa que se está evaporando demasiado rápido y puede ser inflamable.
  • Las burbujas o chisporroteos cuando se aplica un convertidor de óxido (más de lo normal) indican una reacción química de degradación, que puede dañar la superficie del acero.
  • Los vapores tóxicos (por ejemplo, un olor fuerte cuando se usa un agente de curado degradado) significan que el material se ha descompuesto en subproductos dañinos; deje de usarlo inmediatamente y ventile el área.

Si nota alguno de estos signos, deseche el material auxiliar; el uso de productos degradados produce malos resultados de recubrimiento en polvo, retrabajos y posibles riesgos de seguridad.

Si sigue estas reglas de almacenamiento, adapta los métodos a tipos auxiliares específicos y está atento a los signos de degradación, puede minimizar el desperdicio, ahorrar dinero y garantizar que sus proyectos de recubrimiento en polvo tengan resultados consistentes y de alta calidad.